Literatura y ética

¿Huele a decadencia la literatura contemporánea? No se trata ya de escribir bien o mal. Se puede aprender a escribir muy buenas novelas (las técnicas flaubertianas se están pudriendo de viejas y evidentes, por mucho que el crítico de The New Yorker crea haberlas redescubierto y reformulado en su de todas maneras delicioso libro sobre los elementos de la ficción).

Pero ¿importa escribir novelas? ¿Importa publicarlas?

En la actualidad se escamotea el elemento ético necesario a toda empresa artística. Se lo puede eludir, pero no sin pagar un precio. Leí hace poco un artículo de un periódico sudafricano en que se explicaba por qué en ese país ha sido tan difícil escribir de otra cosa que no sea el appartheid.

Pienso que los escritores (Vargas Llosa es un buen ejemplo) están obligados a ejercer el periodismo y a hacerse cargo de algún aspecto de la realidad, sin perder el tiempo en “artículos literarios” que al final no significan nada. No es necesario un posicionamiento político; me da lo mismo si un escritor es de izquierda o derecha. En cambio, me importa mucho su posicionamiento moral. Y si pudiera, trataría de averiguar su proceder en las pequeñas y múltiples situaciones de la vida diaria, tan expresivas de lo que uno es en el fondo. ¿Es tacaño? ¿Descuida a su familia? ¿Devuelve la plata que le prestan?

Sin la ética –asunto que preocupó sobremanera a los antiguos y que hoy debe seguir preocupándonos- dejamos de ser humanos. Hay que volver a debatir con Séneca, con Marco Aurelio, con San Agustín. Y tenemos que comprender que la responsabilidad moral es un hecho ineludible, y que nuestros actos y opciones tienen consecuencias de las que debemos hacernos cargo.

Ahora bien, es innegable que los imperativos éticos pueden terminar ahogando a la literatura y en general cualquier expresión artística.

One thought on “Literatura y ética

  1. Que gran tema. Estoy de acuerdo con que sin la ética dejaríamos de ser humanos pero dudo de que “debamos” hacernos cargos de las consecuencias de nuestros actos. O sea, ¿qué estás entendiendo aquí como “deber”?

    Creo, junto con Aristóteles, que todo acto humano devela un trasfondo ético, pues cualquier cosa que hacemos marca una pauta respecto de “algo” y en la medida en que eso tiene mas o menos repercusiones, podemos dar cuenta de las razones/motivaciones/causas de nuestros actos.

    Pero el acto de “dar cuenta” o explicar o sincerar motivaciones supone un ser humano demasiado racional, demasiado griego, demasiado antiguo. Siguiendo a Nietzche creo que debemos partir por aceptar que somos, en primer lugar, “demasiado humanos” y mucho de lo que hacemos cotidianamente no tiene una explicación o bien sólo responde a patrones, modas, comportamientos imitativos sobre los cuales es difícil opinar en sentido moral.

    Pucha, mejor voy a dedicar un post en mi blog a este tema.

    Un abrazo,

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